Detrás de escena: Él es Escritor
¡Hola a todos! Espero que mis compatriotas argentinos estén disfrutando de este hermoso y bien merecido fin de semana largo que nos ha tocado. Para mis demás lectores del resto del mundo hispanoparlante, igual les deseo que estén llevando un excelente fin de semana.
Hoy les traigo el detrás de escena del primer cuento de Sábanas Rojas, “Él es Escritor”, uno de mis favoritos y sin dudas uno de los que mejor denota el título del libro. Al encontrarme en la situación de elegir el relato de apertura, estuve entre éste y Deudas, pero sin dudas la cadencia que tiene Él es Escritor y su brevedad en comparación con el otro cuento lo convirtieron en el ganador. Gracias a los beneficios de Amazon, puede leerse este cuento como una preview, así que, si aún no han leído el libro, es una buena forma de ponerse a tono con Sábanas Rojas.
Bien, qué decirles de este cuento… Honestamente no recuerdo cómo se me ocurrió la idea de la trama. Sí puedo decirles que fue el primer cuento que escribí después de muchos, muchos años, y su objetivo era participar de un concurso literario. El cual, por suerte, no ganó. Digo “por suerte”, porque como mencioné en un artículo anterior, nunca me quedó claro a quién le pertenecerían los derechos de los relatos ganadores una vez finalizase el concurso. Y perder los derechos de mis obras me suena mucho peor que perder un simple concurso.
Lo más interesante de Él es Escritor es el contexto en el que lo escribí. Estaba de viaje con mi pareja, Karen, pues habíamos ido a ver a Lindsey Stirling (¡ídola!) a Rosario, Santa Fe, y en el camino yo escribía en mi cuaderno mientras ella dormía. Mi plan era, como muestra Marcos a Stella su nueva obra en el cuento, servirle un café a Karen luego de despertarla y que leyera el borrador. La ansiedad me ganó, pero no me salió tan mal, porque apenas terminé de escribir el boceto de Él es Escritor, ella se despertó y se lo di para leerlo. Si ya leyeron el cuento, ¡entenderán la cara de susto que puso cuando terminó! Fue una broma un poco pesada en el momento, pero cuando se calmó admitió que le había gustado el relato (o al menos eso me dijo…)
Bueno, con esto ya voy cerrando. Tengo que pensar el dibujo para el próximo cuento, ¡y les digo que no es nada sencillo! ¡Hasta la próxima!
Duilio Giordano Faillaci
